Las Mujeres de la Biblia

Colección Cristiana

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Isabel fue una de las hijas de Aarón, hermano de Moisés (Lucas 1:5); y la madre de Juan el Bautista, primo de Jesús de Nazaret. Esta noble mujer estuvo muchos años pidiendo a Dios la gracia de concebir un hijo. Tanto Isabel como su esposo Sacarías seguían los mandamientos del Señor (Lucas 1:8-12).

La Biblia nos dice que Sacarías se encontraba en el Templo de Jerusalén, cuando fue visitado por el arcángel Gabriel, quien le dijo:

“No temas Zacarías, que tu petición ha sido escuchada, y tu mujer Isabel te dará un hijo, a quien llamarás Juan. Te llenara de gozo y alegría y muchos se alegrarán de su nacimiento. Será grande a los ojos del Señor; no beberá vino ni licor. Estará lleno del Espíritu Santo desde el vientre materno y convertirá a muchos israelitas al Señor su Dios” (Lucas 1:13-17).

 

 

También Dios envió al arcángel Gabriel a Galilea, a la casa de María pariente de Isabel, una virgen desposada con un hombre llamado José. Su misión era informar a María que ella concebiría a un niño mediante el Espíritu Santo, que llevaría de nombre Jesús. El ángel además le comunicó, que Dios había escuchado las suplicas de su parienta Isabel, y ella se encontraba en el sexto mes de embarazo (Lucas 1:13-17).

Entonces, María viajó a un monte de Hebrón, en Judea, para visitar a su prima Isabel (Lucas 1:26-40).

Cuando Isabel oyó el saludo de María, la criatura dio un salto en su vientre; Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó:
“Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Mira, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura dio un salto de gozo en mi vientre. ¡Dichosa tú que creíste! Porque se cumplirá lo que el Señor te anunció”

(Lucas 1:41-45).

 

Isabel fue la madre de Juan el Bautista, quien anunció la llegada de Cristo Jesús.

«Dice la Biblia: “Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él.

No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz”»

(Juan 1:6-8; Biblia de Jerusalén)

 

Catequesis:

¿Qué aprendimos de Isabel?

Isabel nos dejó lecciones de vida: tener absoluta fe en Dios, perseverar en nuestras comunicaciones directas con el Altísimo, orando sin dudar, y esperar con paciencia la realización del milagro.

Isabel nunca perdió su fe en el Señor. Vivamos con la certeza de que Él vive y no nos olvida, sino espera el momento ideal para regalarnos aquello que tanto anhelamos, tal y como lo hizo con Isabel.